29/1/09

CIRCOS CON ANIMALES: UNA VERDAD IGNORADA




¿Qué encontramos en el circo? Pues podríamos decir que hay payasos, malabaristas, acróbatas, equilibristas y esos hermosos animales que hacen trucos asombrosos, bailan, cantan, saltan, vuelan… un espectáculo sin igual ¿cierto? Algo que no podemos dejar de disfrutar.

Ahora bien ¿Qué pasa cuando todo termina? Nos vamos a casa satisfechos con ese espectáculo impresionante en la mente. Pero para esos animales que “actuaron”, solo es una rutina absurda que lo único que logra es humillarlos a diario. De la jaula a la carpa, y de la carpa a la jaula. Esa jaula de fríos barrotes donde apenas caben y donde por muy bien que se les alimente y se les hidrate, siguen estando encerrados y viviendo su vida en un constante deja vu.

¿A quién no le cansa la rutina? ¿Qué sentirías estando gran parte de tu vida, por no decir toda, encerrado? (Porque cabe destacar que la mayoría de estos animales ya nacen dentro del circo o son “adquiridos” como objetos desde muy pequeños).

Y ahora volviendo al espectáculo… ¿Se imaginan a una manada de elefantes en el áfrica montándose unos sobre otros como parte de su vida natural silvestre? O ¿Se imaginan a un chimpancé bailando en plena selva con un tutú, solo para divertirse y pasar un rato agradable? La idea por si sola suena absurda ¿No? Es algo ridículo la verdad. Pero en una carpa de circo, con las luces y la parafernalia, es algo fenomenal e inigualable ¿No sigue siendo un absurdo? La verdad es que sí, porque resulta que estos animales, lógicamente, no hacen esto por naturaleza y mucho menos se someterían “amablemente” a hacerlo por voluntad propia. Simplemente no está contemplado dentro de su naturaleza salvaje el ser domesticados.

Entonces ¿Cómo llegan estos preciosos ejemplares a hacer esos “trucos” si eso no es parte de sus actividades silvestres? La respuesta es simple: los domestican y les enseñan. Claro ¿No? Obvio. Pero y ¿Cómo hacen esto? ¿Así como yo le enseño a mi perro en casa a sentarse por el precio de una galleta o premio? No. Porque el perro es un animal que con el pasar del tiempo se ha convertido en un animal de naturaleza doméstica y es, lamentablemente, dependiente del ser humano. En cambio esos animales del circo no. Ellos siguen siendo salvajes, de modo que si no es con un premio (porque no lo aceptarían por muy bueno que sea a cambio de hacer el ridículo a voluntad del ser humano) entonces ¿Cómo? Una vez más la respuesta es simple. Obligándolo y sometiéndolo a la fuerza. Encadenándolos y castigándolos para que “aprendan” a hacer lo que se quiere, es decir, esos lindos actos que tanto llaman la atención. Estos animales al no obedecer, son golpeados brutalmente. Son encadenados, encerrados y hasta los torturan con el llamado “gancho” o con electrocución. Hasta que por fin, luego de tanto maltrato, el “bruto” animal aprendió y se puede presentar ante nosotros como un objeto para nuestra diversión y entretenimiento.

Señores, con cada entrada a un circo con animales que paguemos estamos colaborando con el maltrato de todos y cada uno de esos preciosos animales. Estamos alargando el sufrimiento e incentivando a seguir humillándolos. Cuando llevas a tus hijos al circo, no se trata de solo ver el “espectáculo”, se trata de que les estás enseñando la mala y errada idea de que son superiores a cualquier otra especie y pueden humillarlos como quieran, les estás enseñando que pueden torturar y maltratar a otros animales a su antojo, les estas sembrando la semilla de la violencia. Y resulta que no termina aquí, porque los niños son el futuro, ellos se encargaran de llevar el país y el mundo cuando ya nosotros no podamos hacerlo, y tal como dijo Mahatma Gandhi “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por el modo en el que se trata a sus animales”. Además, se ha demostrado que el maltrato a los animales se vincula con la violencia interpersonal, es decir, aquella que se da entre seres humanos. Por lo que entonces ¿Quiénes queremos que sean nuestros hijos? ¿Quiénes queremos que sean los profesionales del mañana? ¿Quiénes queremos que lleven este país en el futuro? ¿Seres insensibles y déspotas que estén acostumbrados a la violencia y a maltratar a cualquier ser vivo a su antojo o seres conscientes y racionales que sepan cuidar el medio ambiente y a los animales, así como saber vivir en armonía con su prójimo? Creo y estoy seguro que esta respuesta también es simple, por lo que no es necesario que la diga.

Por ello debemos despertar y tomar conciencia de que hay que acabar con el maltrato animal en la sociedad actual. No es justo ni mucho menos necesario usarlos porque sencillamente ellos también sienten y padecen como nosotros los seres humanos, y es menos justo aún cuando su sufrimiento se utiliza para el lucro personal de un grupo de personas.

Recapacitemos, comencemos a crear una sociedad de conciencia limpia, una sociedad libre de violencia. Y debemos comenzar YA, desde nuestros pequeños en casa, hasta los más grandes que somos los que desde ahora podemos lograr un cambio. Vamos a mostrarles a nuestros hijos lo que es la verdadera cultura, vamos a enseñarles la hermosa flora y fauna que tiene nuestro país y vamos a darles las herramientas para cuidarla y preservarla, en vez de fomentar en ellos la violencia y el desprecio. Unámonos todos en favor de esos animales que no pueden alzar su voz y defenderse por sí solos, hagamos sentir que somos más los que repudiamos el maltrato animal y que no queremos que entren más circos con animales no humanos en nuestra ciudad, nuestro estado y nuestro país. Digamos: BASTA DE CIRCOS CON ANIMALES, BASTA DE MALTRATO ANIMAL.


Por Gustavo Cordero (Tavo)